lunes, 28 de diciembre de 2009

AGOREROS, VADE RETRO!!!!!

Ligge, recibí un artículo de Orlando Barone que viene justo para despedir el 2009 y dejar atrás a los agoreros con sus lenguas secas y amargas; ¿querés que te lo lea?, ahí va, dice así:

Gracias año, nos dejaste con la boca abierta


Quedan pocos días para el festejo de año nuevo. Un festejo que 2009 se merece. Demos gracias a los malos augures que desde aquél año nuevo de hace doce meses anunciaron catástrofes que no se cumplieron. Gracias por el vasto desacierto. Por dejar que fracasaran los heraldos del fracaso. Fuera con las malas pitonisas y los malos deseos. Gracias a esos feroces y divulgados economistas, políticos, periodistas, medios fundaciones, consultoras, oenegés y charlatanes sueltos, por equivocarse en augurar colapsos; gracias por no acertar, gracias por dejar expuestos al ridículo a las profecías y a sus profetas.

Gracias buen año por dejarnos entender qué significan y qué no significan los significantes que vienen envueltos con las noticias. Un aire de cambio de época atraviesa el calendario. Un aire que se lleva a antiguos y yertos anacronismos. Gracias a este despabilamiento que nos permite ver desnudos y sin máscaras a tantos intereses largamente disfrazados de desinterés y ética pomposa.

Gracias por revelarnos qué diferencias hay entre el credo y el poder cardenalicio; entre el judaísmo y un rabino rabioso; entre la injusticia y el linchamiento; entre la impotencia política y romperse el trasero; entre rechazar leyes y crearlas; entre la negación y las ilusiones; entre la burbuja especulativa y el Estado sólido.

Gracias 2009 porque lograste que las realidades felices desplazaran a las fabulaciones amargas; y porque empujaste a la derecha a salirse de la hipocresía. Gracias por sincerar a los opositores. Por enseñarnos la diferencia entre un gaucho de departamento y un gaucho; entre un campesino y un rentista, entre un “albista” y un “alcacista”; entre un colonizado que soba al emisario y un descolonizado que lo pulsea; entre un alcahuete y un militante. Y gracias por dejar que la Argentina pudiera transparentarse a pesar de las veladuras que se propusieron enturbiarla. Y que pudiera dejar a la vista a los alborotados alborotando y a los hacedores haciendo.

No es para tirar manteca al techo, pero por suerte hay manteca; no es para tirar la casa por la ventana, pero hay casa; no es para hacer aspavientos de consumo, pero hay consumo; no es para exagerar que los jubilados son prósperos, pero ya no son excluidos; no es para decir que la Argentina es una fiesta, pero se alejó del plano inclinado hacia abajo; no es para decir que esta es la llegada, pero este puede ser el camino.

Sí, año 2009, gracias. Nos dejaste con la boca abierta y a los agoreros con la boca cerrada.


domingo, 20 de diciembre de 2009

LIGGERA DICE EN LA TECLA Ñ DE DICIEMBRE


Les paso la nueva nota de Liggera en la revista La Tecla Ñ de diciembre y también, por si gustan(v ale la pena) el índice completo. Si no nos vemos, felicidades para todos. POUCET


Sobre cuervos, garrotes y utopías/ Rubén Américo Liggera



Por Rubén Américo Liggera
Especial para La Tecla Eñe

Ilustración: Aimée Zito Lema


“¿Cómo se puede pensar que alguien pida cosas superfluas
si está seguro de que no ha de faltarle nada?”

Utopía, Tomás Moro (1516)


Una vez más, como flujo y reflujo de los tiempos mediáticos, se ha vuelto a instalar en la agenda social el tema “inseguridad”. Fogoneado por los grandes medios-espadas principales de la oposición política pero más que nada en defensa de sus propios intereses- con la amplificación de líderes “mediático-espirituales” como Susana, Mirta, Marcelo o Chiche, así llamados, como si fueran uno más de nuestras familias.
Tal como sucede con la pobreza, cada tanto redescubierta, la inseguridad es un asunto que los medios tratan de manera superficial y alarmista; sólo consignas que avivan el miedo y la desconfianza del pueblo. Sumando estos y otros elementos del “periodismo negro”, cuyo Manual de Estilo describió estupendamente en su columna el periodista Orlando Barone, podríamos afirmar sin ruborizarnos que estamos ante una oleada de terrorismo mediático.


Los fines y los medios
¿
Qué se pretende con esta actitud? Seguramente crear un clima de zozobra y violencia social. ¿Destituyente? Tal vez. Depende de nuestra prudencia. Si no caemos en la tentación de las soluciones facilistas seremos capaces de repechar la tendencia e instalar un análisis más o menos racional sobre una cuestión que si por algo se caracteriza es por su complejidad.
Otra cosa también es cierta: los monopolios de la información vieron afectados sus intereses luego de la aprobación de la nueva Ley de Servicios Audiovisuales y se pintaron la cara antes, durante y después de su estado parlamentario. A estos intereses, que son concretos, debemos sumarle las voces de ricos y famosos que reiteradamente solicitan represión y hasta pena de muerte. Y de alguna manera-dado su bien merecido prestigio, nadie lo duda-se convirtieron en la voz de vastos sectores populares. Están en la tele y son palabra santa. ¿Saben que representan a la derecha más xenófoba y retrógada? No lo creo. Son sectores que consumen medios sin actitud crítica. (Aunque detrás, hay otros sectores que sí tienen conciencia de lo que simbolizan)
Es curioso que la clase media, media baja, trabajadores y hasta desocupados sean fieles y exaltados corifeos de estos personajes mediáticos. Porque si se mira bien, también son responsables de muchas de sus desgracias.

Cría cuervos…
No me animaría a considerarlos los causantes de los males de la Argentina. Sería una enormidad. Si embargo, festejaron la fiesta neoliberal de los ´90. ¿O no fueron beneficiarios directos de la especulación financiera, el uno a uno, la concentración económica, las “relaciones carnales”, el consumismo desenfrenado?
Sin embargo, como dice el refrán: “Cría cuervos y te quitarán los ojos”… La inequidad, la injusticia retributiva, la creciente desocupación, la obscena marginalidad y otras desgracias producidas por el Consenso de Washington son en gran parte causantes de los males del nuevo siglo.
Debo aclarar, que tampoco pretendo realizar una burda simplificación de este fenómeno social. No hay seguramente una traslación mecánica y determinista que indique con certeza pobreza = violencia. Pero convengamos que la llamada “inseguridad”, que mejor podríamos considerar como “violencia social”, tiene, en gran parte, un origen que remite necesariamente al empleo decente, la justicia distributiva, la educación, la salud y la igualdad de oportunidad para todos los ciudadanos.
Volvamos a la sabiduría del refrán: si hemos sido insensibles a los clamores de los sufrientes, si hemos pensado solamente en nosotros mismos, si hemos avalado políticas destructivas del aparato productivo nacional, si hemos aplaudido desde nuestros barrios privados la aniquilación de las organizaciones sindicales y sociales, la degradación de la educación estatal, la pauperización de la salud pública, ¿qué habremos logrado? ¡Criar cuervos que luego, ahí nomás, a la vuelta de la esquina, nos quitarán los ojos!

Responsabilidad social y política
No podemos ni debemos mirar para otro lado. Asumamos las responsabilidades que nos tocan. Aunque fueran mínimas. Todos las tenemos, de alguna u otra manera; por acción u omisión.
No será con la baja de la edad de imputabilidad de los menores, la represión indiscriminada, el cierre de fronteras, la construcción de oprobiosos muros o con la implantación de la pena de muerte que solucionaremos el problema de la convivencia pacífica en sociedad.
Por el contrario, deberemos ser conscientes de nuestro compromiso político y social. Trabajemos para favorecer a los más débiles: los niños, las mujeres, los ancianos; defendamos políticas sociales inclusivas; desarrollemos una economía de consumo popular; luchemos por una mejor educación; pensemos que el mejor sistema de salud es el que se anticipa a las enfermedades, como nos enseñara el sanitarista Carrillo hace ya algunas décadas.
Ni garantistas ni mano dura: solo sentido común, apego a la ley, humanidad, amor al prójimo.
En lo inmediato podrá intensificarse la prevención del delito, es una obligación legítima del estado democrático preservar la paz interior, sin embargo, unas políticas económicas y sociales de largo aliento serán indispensables e ineludibles, para mitigar-si no erradicar- relaciones sociales violentas.

Viejas utopías

Aunque parezca un pensamiento pasado de moda-o “setentista”, otra manera grosera de descalificación intelectual-las viejas utopías continuarán motorizando el pensamiento y la acción de muchos argentinos.
Volvamos al estado de bienestar que algunos conocimos siendo niños, ¿por qué no? Aunque ya el mundo no sea igual, debemos intentarlo. Aunque más no fuera para justificar nuestra propia vida.
Derrotemos la desesperanza y la impotencia. Los intereses a desmontar son incalculables. Valgan como ejemplos la airada reacción de la patronal agrosojera cuando vieron reducidos en algo sus fabulosas ganancias o los monopolios de la comunicación cuando advirtieron que con las nuevas reglas de juego deberían desprenderse de algunas de sus empresas. Y así sucederá con la especulación si se presentara alguna nueva ley de entidades financieras o se intentara afectar cualquier otra actividad concentrada. Cada vez que se toca el más sensible de los órganos las clases privilegiadas pondrán el grito en el cielo, nadie lo dude.
De ahí en más, los gobiernos populares serán demonizados. La caracterización más grosera dirá que es un gobierno demagógico, clientelista, antidemocrático, distribucionista, intervencionista, resentido, en fin, “crispado”( palabreja hoy de moda entre legos y periodistas notorios)
Pero las políticas liberales, supuestamente éticas y republicanas, a lo largo de nuestra historia nos demuestran lo contrario. Hagamos un sencillo ejercicio de memoria y veremos que la pobreza y la exclusión no son un invento de estos tiempos, sino por el contrario, vienen desde muy lejos. Si nos animamos, desde varios siglos atrás.
Cerremos esta nota como la abrimos, con un homenaje a Tomás Moro y todos aquellos utopistas que lo precedieron y sucedieron. En diversas épocas, hombres y mujeres que no se conformaron con las sociedades en que vivían, pensaron en otra manera de organización social: utopías.
Según la real Academia, utopía o utopia. (Del gr. οὐ, no, y τόπος, lugar: lugar que no existe).1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.
No seamos ingenuos ni voluntaristas, pero tengamos determinación y firmeza para vencer la mediocridad, los clisés, el pensamiento acrítico o directamente berreta. Así, la utopía podrá establecerse en algún lugar: nuestra patria.
Y sobre todo, superpongamos nuestras voces-ahora que es posible- a la uniformidad informativa y valorativa de los grandes monopolios de la comunicación.
Hay otra realidad, hay otras posibilidades. Depende de nosotros.



rliggera@hotmail.com


Va el Sum
ario Completo del número de diciembre:

* González Horacio. Clases medias, abran comillas.
* Braceli Rodolfo/ Entrevista/ Arrojarse a las preguntas y que la vida ladre
Por Conrado Yasenza
* Grande Alfredo/ DE LOS CHICOS DEL PUEBLO A LA OTRA JUVENTUD MARAVILLOSA
* Díaz Claudio/ Sarcasmos del capitalismo
* Jozami Eduardo/ Cortázar y el Peronismo
* Franzoia Alberto/ Volver al núcleo duro de la teoría del imperialismo
* Drí Rubén/ El arma desestabilizadora del miedo
* Vilker Shila/ Ya nadie podrá reírse de un cadáver
* Garaventa Jorge/ ¿Cromañón Nunca Más…o… Ahora y Siempre?
* Forster Ricardo/ Relaciones entre periodismo y cultura
* Liggera Rubén/ Sobre cuervos, garrotes y utopías
* Kornblihtt Juan / Economía/ Sin soluciones fáciles
* Benítez Luis/ PAZ Y RECONCILIACION: ¿UNA POSIBILIDAD REAL O UN IDEAL?
* Vazquez de Teitelbaum Mirta/ Capitalismo y goce
* Sorrentino Fernando/ Frankenstein / Cuento
* Olaso Sebastián/ Mirarse el ombligo
* Crescenzi Flavio/ De la poesía mística al impresionismo literario. El problema de la inefabilidad.
* Wenceslao Maldonado/ Juntada o Fusión Tribal


domingo, 6 de diciembre de 2009


Niños que están

Están ahí
como piedritas incrustadas que rasgan el asfalto
o palmas descoloridas de marrón
relleno de lluvia
desordenados
tensando el hilo de las espaldas
entre besos de nylon
o barriletes de estación
y el cielo que casi les toca la cabeza.
Le dan soga a los días
enrrollan y vuelven a dar
cómo miran exprimiendo sus ganas.
Están
habitan todas las horas
todos los pasos de la ciudad
sudan en cada baldosa
o roban de los diarios la ausencia
y sonríen.
Son las flores de la calle
se ven
pero no se escuchan
se oyen
pero no se miran
y
de aguantar
a veces
con ojos ajados
lloran
refugiados de tanta higiene.

Conrado Yasenza

Yo me pregunto, Ligge, dice Poucet: ¿es posible escribir poesía luego de tanta insensatez?.....