jueves, 25 de marzo de 2010

USTEDES NOS ENSEÑARON....


Los dichos de nuestra Presidente Cristina Fernández al cierre de su discurso el Día Nacional de la Memoria en la ESMA-ese templo del horror- resumen maravillosamente lo que venimos pensando desde hace mucho tiempo sobre Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Dijo Cristina: "Ustedes me enseñaron. Yo aprendí".¡Cuántas cosas aprendimos de estas mujeres golpeadas duramente por la vida! De simples amas de casa, de mujeres sin actividad política o social, por infinito amor a sus hijos, pasaron a la historia como lo que son y representan para nosotros y el mundo. Tenacidad, paciencia, solidaridad, convicción, voluntad, valentía, constancia, son algunas de las grandes enseñanzas de Madres y Abuelas.
Confieso que muchas veces aflojé, me faltó valor o voluntad, pero al ver los blancos pañuelos me lo reproché con dureza.¿Por qué no puedo yo -sano y aún joven-estar allí si ellas pueden? Sentí mucha vergüenza.
Ayer, luego del acto, de los mejores en Junín por la cantidad y calidad de los participantes, me acerqué para saludarlas. Eran cuatro, pero en realidad son miles, y les dije tomándolas de las manos:-¡Gracias!¡Muchas gracias!.Y me fui rapidito, caminando entre la gente, para que no me vieran llorar.
No sé que decirte, Liggera, no tengo palabras, dijo Poucet. Y después de de un largo rato comentó:"esto no se aprende en la escuela ni en Universidad, Ligge"....

martes, 23 de marzo de 2010

ARDES, MEMORIA, ARDES....


24–M, MIÉRCOLES, EN LA PLATA

Debajo de la gran magnolia
florecida que perfuma
la tarde,
cuando el sol declina
ya su luz,
la muchachita rubia
y el muchacho
de camisa blanca
se besan
con los ojos cerrados.
Con los ojos cerrados
se besan
y dejan afuera del beso
y la tibieza de sus lenguas
al vendedor de pochoclos
y a las floristas.
Afuera dejan del amor
y sus urgencias
a los mandaderos,
a los oficinistas,
a las empleadas,
a las telefonistas,
que a esa hora
presurosos
cabizbajos
regresan a sus casas.
Afuera del beso
arriba
sobre sus cabezas ardidas
cuelgan muchos rostros
de otros jóvenes
–fotos de chicas y de chicos
con unos nombres
y unas fechas
y unas circunstancias –
que hoy serían casi viejos
como yo.

Afuera del beso.
Arriba
en el cordel
de farol a farol.


Rubén Américo Liggera, Cenizas de Alejandría, 2008