sábado, 4 de julio de 2009
VOLVAMOS A LO NUESTRO
Tango del Eternauta
H. G. Oesterhed,
in memoriam.
Triste, nostálgico susurro
que viene del río:
-¿qué buscás en esta ciudad de muertos olvidados?
¿qué harás ahora, si ya todos se han ido?
Si ella también se fue caminando despacito
y a las chuecas,
como quien da suerte y espalda
a tanto regateo,
a tanta zancadilla-
Desconsolado lamento
de bandoneón y bruma:
-¿qué encontrarás en estas calles de fantasmas tiesos?
¿Preclaros, ilustres, eminentes próceres
de próstatas ociosas
cientos de patanes que ahora lucen hombros
cagados por palomas y gorriones.
También callados poemas insepultos,
antiguas partituras
magias desconocidas
silencio en pena
y para siempre?
Caminarás otra vez estas calles de viento
como singular buscasueños.
Rodarás por bares y paseos
de la mano valijera de otros tipos
que tuvieron algo con vos en la sesera:
un tal Pichuco; Astor, el Gato,
Carlitos, la foto que sonríe.
Y también Spinetta, el Flaco,
otro Gardel a transistores
que se cargaba las pilas
con tu ausencia.
Pero todos se han ido ya.
Nadie más en la ciudad
de los muchos profetas
y los escasos santos.
Nadie más que vos y yo.
Yo, que aún creo y espero.
Vos, que nunca te fuiste
con los barcos de Dios
por ese río.
Un inédito del Ligge para los amigos y compañeros del Oester de La Plata.
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