domingo, 30 de mayo de 2010

¿EFECTO BICENTENARIO?


Analizar un hecho complejo como lo sucedido el 25 de Mayo resulta extremadamente difícil. Podríamos sacar distintas conclusiones y todas serían legítimas. Por mi parte, deseo referirme a tres o cuatro cuestiones dignas de considerar para su reflexión.
¿Miedo? Pareciera que no. Millones de personas en la calle demuestran lo contrario. El pueblo dejó sus fortalezas y salió a la calle. Compartió asombro y alegrías con el almacenero, el oficinista, el profesional, el barrendero. La calle es lo social por excelencia, distinto al barrio cerrado o el shooping de los ´90.Algo pasó entonces. No se cumplió la teoría del "miedo" a la inseguridad, a la violencia callejera.
¿Indiferencia? La concurrencia masiva a todos los eventos y espectáculos que se propusieron demuestran lo contrario. El pueblo tuvo activa participación. Los ídolos populares fueron ovacionados y aplaudidos. El pueblo pareciera necesitar convites de calidad, respetuosos y sobre todo, con contenido.
¿Crispación?¿Alguien vio personas enojadas, intolerantes, iracundas? La confraternidad codo a codo demuestra lo contrario.Pareciera que solo se crispa el poder cuando es interpelado y pretende extenderlo desde la pantalla o la columna de opinión a toda la ciudadanía.
¿Caos? El orden y la corrección de grandes mareas humanas demuestran lo contrario. No hubo quejas de ningún tipo a pesar de el empeño de algunos medios en "crispar" a los automovilistas antes, durante y después de los festejos.
¿Apoliticidad? La celebración de los relatos históricos, el aplauso, la ovación o el silencio reflexivo demuestran lo contrario.Fue un gran gesto político nacional y popular. Si se logra conducir ese flujo de voluntades podríamos cambiar el sentido de nuestra historia.El amor a la patria volvió a ser un sentimiento noble. El desfile militar fue aplaudido a pesar de que los responsables del genocidio de los ´70 están siendo juzgados.La propuesta fue política, eminentemente política: desde el salón de personalidades políticas latinoamericanas a la carroza de las Madres.Y creo que nadie podrá decir lo contrario, salvo que sea un necio o un mentiroso a sabiendas.
¿Espontaneidad? Durante cuatro días se desarrolló un programa largamente preparado en sus más mínimos detalles. Nada falló. No hubo nada que objetar. El pueblo concurrió masivamente a los lugares indicados y en los horarios prefijados.De ninguna manera fue una celebración "espontánea", si hasta hubo medios detransporte gratuitos para favorecer la concurrencia.
Y así por el estilo podríamos continuar analizando otros aspectos de lo sucedido. También sería legítimo pensar que estamos ante un momento de inflexión.Y como dice Aliverti:"Algo volvió o algo nunca se fue del todo".Lo más probable. Somos muchos los que resistimos la barbarie neoliberal de la década pasada. Pero también los jóvenes deben haber sentido algo nuevo.Tal vez ha llegado el momento de revalorar la participación en la política, en las organizaciones sociales, en las instituciones de la sociedad democrática.Tal vez sea la oportunidad que expresé en mi artículo anterior sobre el Bicenterario. Más compromiso social será la única garantía para la profundización de los cambios políticos, económicos y sociales estamos reclamando desde hace tiempo.
Sé que algún amigo ha pensado alguna vez que pequé de ingenuidad.Pero no me arrepiento, tanta perseverancia tendrá su recompensa. Espero que sea pronto y alcance a disfrutarla.

2 comentarios:

  1. Muy buenas e interesantes estas reflexiones que haces con respecto a los festejos del bicentenario. Hace muy poco comence a darle una mirada más actual a mi blog y en uno de mis pocos post tambien reflexiono sobre el bicentenario, la participación popular y la revalorización de la política. Si tenes un tiempito date una vueltita y si tenes ganas me dejas tu opinión, que será muy valiosa para mi. Saludos

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  2. hola amigo Poucet! Sí, he recibido con placer la letra de tango sobre El Eternauta. Muchas gracias por compartirla conmigo. Hace un tiempo también le dediqué una letra, más humilde desde lo literal, y con aires más rockeros. Es que Juan SALVO, ha dejado de ser un mero personaje de tinta sobre el papel. Su figura ha trascendido a dimensiones humanas y emotivas: es dibujo y guión convertido en sentimiento real. Un fuerte abrazo

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